Reconocido por sus consecutivas nominaciones al Premio Nobel de la Paz en 2005 y 2006, Paul David Hewson, apodado como “Bono” y líder de la banda irlandesa U2, es un ejemplo de solidaridad: no sólo está comprometido con la causa humanitaria en África, sino que también está a favor de la cancelación de la deuda externa a los países del tercer mundo.
En cuanto a su música, Bono y su banda siguen convocando multitudes con sus espectaculares recitales en donde nunca puede faltar la gran iluminación. Y pensar que cuando se el grupo se formó, en el otoño de 1976 donde la fórmula del éxito era la combinación de “sexo, drogas y rocanrol”, su propuesta distaba de estos polémicos temas y trataba, en cambio, de la religión y los conflictos sociales. No es un detalle menor aclarar también que como voz líder, Bono era bastante desafinado.
U2 supo además ser precursor de ciertas modalidades que hoy son imágenes comunes en cualquier recital. Un ejemplo claro es el del concierto de Live Aid de 1985, que durante la interpretación del tema Bad, Bono saltó la barrera de seguridad y aterrizó en el piso del estadio con el simple fin de elegir a una chica del público para que bailara con él.
Son infinitas las razones que hacen grande a este grupo. ¿Cómo olvidar los alter egos durante las giras Zoo TV Tour y Zooropa a mediados de los ‘90? El mensaje de estos personajes metafóricos no era más que satirizar a personas públicas e instituciones.
La última sorpresa que nos dieron fue la de organizar un concierto en la terraza de un edificio de Londres tal como lo hicieron Los Beatles hace 40 años. El recital se produjo un día antes del lanzamiento de su último CD, “No Line On The Horizon”, y 5 mil transeúntes pudieron disfrutarlo.
Sin lugar a dudas, U2 sabe como ser siempre original.
Flavia Pereyra
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