Con Cristian Torrejon en el bajo, Eduardo Vazquez en batería, Elio Delgado y Maximiliano Djerfyen guitarra, Juan Carbone en saxo y con su lider y voz Patricio "Pato" Santos Fontanet, el espectaculo comenzó a las 19 hs. El césped del club santafesino albergó a varios miles de espectadores que le dieron distintos matices al show. De entrada la cosa venía apagada de las dos partes. Hubo una especie de público espectador que sorprendía y dejaba manifiesta una frialdad, un tanto extraña. Quizá fue porque el lugar, a cielo abierto, hacía que el buen sonido se evapore. Cada uno de los versos reflejan una realidad propia de su vida privada en la que muchos de los chicos ven reflejada la suya, es por este motivo que causa sorpresa la distancia, pequeña pero distancia al fin del publico con la banda.
De todas maneras el show fue contundente. Todo comenzó con “Morir” y “Los invisibles” y continuó un conjunto de clásicos ya infaltables como “El nudo”, “Una nueva noche fría”, “Prohibido”, “9 de Julio”, “Imposible”, “Ilusión” y “Sonando”. Y el tema “siguen sonando así”de una manera un tanto extraña. En un formato mucho más blusero que rocanrolero.
La prioridad no fue “Disco escultura”, del que estuvieron los temas “Más allá” con una perfecta intro de piano, “Rehén”, “Lo que hay”, etc. Esta nueva faceta de la banda dista de aquel pasado stone que los encasilló y del que se van desprendiendo a cualquier costo. Las canciones “No volvieron más” y “Armar de nuevo”, fueron las representantes del comienzo de la nueva historia callejera, y “La llave”, “Rompiendo espejos”, “Un lugar perfecto”, “Si me cansé”, “Distinto” y “Puede“, un popurrí por las etapas más rockeras y de fibrilar contacto de la banda con su gente.
Hasta Pato Fontanet se animó a un a capella con “Naranjo en flor”, previo al bloque de Juan Carbone con su inefable fuelle y el tangazo interpretado: “Fantasía y realidad”, sumado a la colaboración en “Tan perfecto que asusta”. Hubo tiempo para bailar. “Canciones y almas” y “Vicioso, jugador y mujeriego” completaron con “Palo borracho”, “Cristal”, “Ojalá se los lleve”, “Presión”, “Se que no se” y la devastadora “Sueño”, de las pocas del polémico disco “Señales”.
En definitiva se puede decir que no faltó nada. Objetivamente, la banda está creciendo y conociéndose en la búsqueda de una faceta más arriesgada. Priorizando los vientos, los teclados o la percusión por sobre la suciedad facilista de las guitarras eléctricas. La próxima fecha será en junio o julio, la precisión del lugar y la hora es incierta como es en sí la realidad de Callejeros. Uno de los grupos con mayor convocatoria en la actualidad que pese a todos sigue en la lucha por permanecer intacto, apostando a nuevos horizonte musicales.
Por Matias Antonuccio
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